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FRIKIPLANET V4.0 - 2009

PROFESIONES LUCRATIVAS EN SEMANA SANTA



Cuando uno piensa en las profesiones que más dinero pueden dar en Semana Santa, las primeras que le vienen a uno a la mente son las de los hoteleros y demás lugares de ocio. Sin ir más lejos, parece mentira que para cuatro días reales de fiesta se mueva el país de manera tan bestia. Sin ir más lejos, mi pueblo se convierte en estos días en un reservorio de domingueros en grado sumo. Pero lo de los domingueros lo dejaremos para otro día. El caso es que no sólo los dueños de hoteles y bares se forran en estos días, otros colectivos menos usuales hacen su agosto en pleno abril. No voy a contar eso sí a los vendedores de cruces y demás merchandising católico. Veamos.

Para empezar, un masajista. Un masajista en Sevilla se forra en estos días hasta más no poder. Yo creo que en todos estos años debe de ser la profesión que más gente ha abrazado para forrarse sólo en estos días y los posteriores a la Semana Santa. Observad sino a esos costaleros que ponen a sus lomos kilos y kilos de peso que hacen avanzar por las calles. Yo no sé si a veces envidiarán a los tractores de las cabalgatas de Reyes que se cansan mucho menos...

La siguiente profesión más lucrativa es la del dueño de un sex-shop. Dirás, ¿en Semana Santa? ¡Si se predica la abstinencia! Que en estos días se supone que has de estar puteado, que si ayuno, que si abstinencia... Total, si haces ayuno en serio, como que no hay muchas fuerzas para la no abstinencia... Pero en fin. No me refiero al uso de sex-shop al más puro estilo compra de vibrador o de condones de sabores. No. Me refiero a la compra de látigos y demás fustigadores para todos aquellos que deciden que en estos días, debido a una promesa, deciden pegarse 700 latigazos para dar gracias por la curación de alguien. Y digo yo, ¿no es igual de chungo prometer que te vas al Caribe? A ver quien saca el dinero. Y al menos no lo pasas mal luego... O sí, depende.

Los fabricantes de cucuruchos gigantes y conos. Que por cierto, desde que hay tanta inmigración, yo no sé qué cara pondrá un subsahariano al ver un montón de penitentes uno detrás del otro. La cara de susto yo creo que no se le va en días. Los penitentes llevan unos sombreros en forma de cono llamados capirotes que tienen pinta de ser muy incómodos y que en caso de agacharte a coger una moneda o pinchas a alguien o se te cae boca arriba y algún empresario heladero con ganas de sacar pasta te lo rellena con una bola gigante de 5 euros sabor a fresa. Aquí el que no corre vuela.


Foto Mundo Visual



Los logopedas. A ver como recuperas la voz de una mujer que se ha tirado durante un rato largo cantando a grito pelado una variante del flamenco llamada saeta. Que salen a un balcón y empiezan a gritarle al cristo que está el pobre hecho un cristo, valga la redundancia. No sé si habéis visto la película de la Pasión, pero creo que la peli Tu madre se ha comido a mi perro era menos sangrienta que esa. El caso es que con esa canción la mujer se desgañita la voz y luego está tres días a gárgaras y en recuperación. Por otra parte, ¿cuando Jesús estaba tan puteado de tanto via crucis y tanto rollo, le dijo a sus amigos: "Ey, que ahora cada Semana Santa quiero que os puteéis igual que me han jodido a mí, os quiero"? ¿No se supone que era bondadoso?

Y por último una profesión muy útil para tener en Semana Santa es la de vendedor de rodilleras para esa gente que promete ir a algún sitio de rodillas y se deja la piel, literalmente, en la gravilla del caminillo por el que van. Es lo de siempre con las promesas, realmente no sabes si tienes un Dios bondadoso o sadomasoquista. ¿Tanto le gusta que la gente se desgarre y se haga daño para poder recibir un milagro? ¿Es al estilo azteca, pero sin ofrecer personas y animales en sacrificio? Que alguien me lo explique porque es que yo no lo entiendo.

Así que ya sabéis chicos y chicas lectores de El mundo está loco, si queréis forraros en Semana Santa podéis lanzaros a estas profesiones o bien ir a la clásica y dedicaros a vender velas. Que en estas fechas se agotan. Sin ir más lejos, en la fábrica, los tíos que están ahí currando sacándose cera de los oidos para crear las velas no dan abasto. No queráis saber como las blanquean. ¡Ánimo! ¡Os forraréis!

 

FUENTE DEL ARTÍCULO: El mundo está loco  

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